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Resultados de la búsqueda del tag: "sensaciones de spanker"
DomOctavio H

Algunos creen que por tener experiencia en estos juegos se conoce al dedillo los entresijos; pero qué va. Aun a día de hoy me sorprendo con cada uno de ellos porque mi camino de baldosas amarillas tiene una característica: nunca se repite una baldosa. A simple vista parecen iguales pero con

 detenimiento se aprecian un sinfín de matices.

 

 Sin duda, la sensación que más mariposas crea y no siempre se desata igual es la que hace sentirme poderoso asumiendo el control. Un simple detalle o gesto, puede cambiar mucho la percepción de un juego y por ello las sensaciones; incluso dentro de ese gesto, hay un sinfín de detalles que pueden provocar muy distintas sensaciones, según cómo juguemos. Con ese revoloteo de sensaciones tan dispares y a la vez armónicas, devoramos nuestra inocencia dejando las buenas formas en el rincón, consiguiendo que tu cuerpo se abandone a mi antojo, sintiendo ambos que la mente vuela en una tormenta de emociones.

 

 Incluso repitiendo el mismo ritual, la postura, el instrumento o el número de azotes, las sensaciones no se repiten. La incertidumbre conocida, la comodidad incómoda, el goce doloroso, la ternura violenta, la dominación amorosa, la protección rigurosa, son algunas de las sensaciones que experimentamos tú y yo a medida que jugamos y aun conociéndolas nunca se repite ni la forma ni la intensidad de las mismas. Todo ello hace que ambos no dejemos de sorprendernos y disfrutemos como si del primer juego se tratase.

 

 La realidad es que un juego no será dos veces igual, ni en sensaciones sentidas ni en emociones perseguidas. Haciendo de cada paso en el camino, todo un juego divertido, sorprendente e inigualable.

DomOctavio H

Lo primero que tengo que decir, es que aunque alguien puede pensar que yo poco puedo hablar del dolor, salvo si es por empatía, mi rol en el juego es el de spanker, espero que cuando lea esto cambie de opinión.

 

El spanking es un juego mental, aunque al acto en si sea físico. Pero creo que nadie me pondrá en duda que si solo tuviera ese componente físico no tendría lógica, es cuando se pone la parte física dentro de un contexto, cuando a través del spanking también le damos salida a nuestras necesidades, deseos y anhelos, ósea que su influencia va más allá de las sensaciones físicas.

 

Mucha gente lo puede ver como un  juego de recompensas y castigos y yo me pregunto ¿exactamente que es recompensa y que castigo?, porque la distinción se me hace realmente difícil, así que tampoco me sirve, es algo más que pretender un castigo, para luego obtener una recompensa. Por lo tanto el dolor como sensación física es una parte del juego más, imprescindible, pero no definitiva, sin todo los demás no sirve de nada.

 

El spanking es también un acto erótico y por supuesto sexual, solo la intuición de  un juego es más que suficiente, para que todos nosotros sintamos excitación sexual y todavía no he tenido juego real, durante el cual yo y la otra persona no hayamos tenido una reacción corporal de excitación innegable.

 

Los  humanos somos seres sensuales, y hay una seria de sentimientos profundamente contradictorios que se gestionan en las mismas áreas de nuestro cerebro, sentimientos y sensaciones como el dolor, el placer, la ira, el miedo o la sensación de confort, podríamos decir que son hermanos de sangre y a poco que conozcamos como son los juegos, vemos que todos y cada uno de estos sentimientos aparecen durante un juego, pero es que además somos capaces de hacer algo más, podemos cambiar el significado de lo que sentimos según la experiencia y es ahí donde sobrepasamos la línea de lo meramente fisiológica, para adentrarnos en algo más profundo, la estimulación mental. Sin que se diera esa estimulación mental, lo más probable es que el acto físico nunca seria erotizado.

 

¿Y porque cuento todo esto? Pues para intentar explicar mi experiencia con el dolor, desde la distancia que mi rol tiene con el dolor físico. Porque esa es la única sensación, que no siento durante un juego, ni dolor ni placer físico, es todo mental, a diferencia de la parte spankee, que durante el juego tiene un desahogo físico, el dolor puede ser un eficaz desahogo físico, el spanker yo en este caso, siento miedo, siento confort, siento excitación….pero siempre todas esas sensaciones son gestionadas desde la contención. En un juego toda la fase previa del mismo, sirve para subir la tensión hasta el punto máximo, hay que generar ese deseo mental del que hablábamos para llegar a transformar la sensación física, pero el spanker lo hace desde la dominación y el control, no tiene la válvula de escapa de la parte física durante un juego y eso puede llegar a ser muy doloroso, no físicamente, pero si mentalmente, el dolor de la contención, aprieta y aprieta mucho a veces. Habrá quien piense que los azotes, pueden ser una forma de evacuar ese exceso de contención, pero se equivoca los azotes, son el máximo ejercicio de contención, que se puede dar en un juego, excitantes muchísimos pero nunca puedes permitirte dejarte ir del todo.

 

Y la prueba de ello es como llegamos a la final de un juego, ósea a ese momento donde podemos dejar la contención, porque volvemos a estar en un mismo plano. Solo hay dos finales posibles, en uno urge el desahogo sexual puro y duro, en el otro un punto de agotamiento placentero, de paz y comodidad muy visible, como si acabarás de salir de la ducha después de correr una marathon.

 

Cada vez tengo más claro, que spanker y spankee somos en realidad masoquistas, que mientras unos (spankees) expresan su masoquismo a través del camino recto, otros (spankers) lo expresamos paradójicamente a través del sadismo.

 

Para entender esto que en sí parece una extraña contradicción, solo hay que entender que todos disfrutamos tanto del acto, como de todo el contexto donde se produce el acto y el contexto puede ser tan doloroso como el acto en sí.